BIOGRAFÍAS
Denis Diderot
Denis Diderot /dəni didʁo/ (Langres, 5 de octubre de 1713-París, 31 de julio de 1784) fue una figura decisiva de la Ilustración como escritor, filósofo y enciclopedista francés.
Reconocido por su empuje intelectual y su erudición, por su espíritu crítico así como su excepcional genio, marcó hitos en la historia de cada uno de los campos en los que participó: sentó las bases del drama burgués en teatro, revolucionó la novela con Jacques le fataliste o La religiosa y el diálogo con La paradoja del comediante, y, por otra parte, creó la crítica a través de sus salones. En conjunto con Jean-Baptiste le Rond d’Alembert alentó, supervisó la redacción, editó y compiló una de las obras culturales más importantes de la centuria: la Encyclopédie ou Dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métiers, obra magna compuesta por 72 000 artículos, de los cuales unos 6000 fueron aportados por el propio Diderot.
En filosofía, su obra solo en apariencia sería lateral, pues fue citado muy a menudo por Ernst Cassirer en un texto clave, La filosofía de la Ilustración, por su innovación en muchos campos; así sucede en la nueva ciencia de la vida que él presagia desde la mitad de su existencia. De hecho anuncia en su Pensées sur l'interprétation de la nature (1753), libro que se abre con esta ironía:
En el centro del pensamiento de Diderot estaba el conflicto —y esto puede ser válido también para otros pensadores del siglo XVIII— entre la razón y la sensibilidad: sens et sensibilité. Para Diderot, la razón se caracterizaba por la búsqueda de conocimientos con fundamento científico y por la verificabilidad de los hechos observados empíricamente, pero sin quedarse estancados en la evaluación meramente cuantitativa de la realidad a través de enunciados matemáticos. Entre los años 1754 y 1765 desarrolló su «teoría de la sensibilidad universal» (sensibilité universelle).
Para Denis Diderot, las ciencias naturales no se distinguirían por buscar un porqué, sino por encontrar soluciones a través de responder al cómo.
En el transcurso de su vida como intelectual, Diderot se dedicó a los más distintos ámbitos de la ciencia; sus intereses abarcaron áreas de la química, de la física, de las matemáticas, así como también, y sobre todo, de la historia natural, la anatomía y la medicina. Por todo ello, Diderot formó parte del espíritu intelectual del siglo XVIII, manteniéndose al tanto y participando activamente de las principales discusiones y formación de teorías en su época.
En cuanto a su posición filosófica, mantuvo una postura materialista no dogmática, actitud especialmente evidente en sus obras posteriores. Aunque Denis Diderot no era un filósofo dedicado a los problemas teóricos fundamentales1 ni a las reflexiones analíticas sistematizadoras, se le cuenta, sin embargo, entre los autores filosóficos más polifacéticos e innovadores del siglo XVIII.
Debido a sus ideas y publicaciones ilustradas frente al ideario colectivo del Antiguo Régimen, Denis Diderot y sus compañeros de ruta se vieron con frecuencia expuestos a una actitud represiva de parte del poder público. Su experiencia a raíz de su detención en 1749 le llevó a estar vigilante frente a nuevas represiones por parte de las diversas agencias de la censura, aunque algunas personas pertenecientes a los círculos influyentes y dominantes, como p. ej. Mme de Pompadour, la querida de Luis XV, así como también algunos ministros, pero ante todo el jefe de la censura, Censure royale Guillaume-Chrétien de Lamoignon de Malesherbes, clandestinamente le apoyaban a él y a los enciclopedistas.
Por lo anterior, los círculos interesados de su época, que le conocieron exclusivamente por sus publicaciones, solo tuvieron acceso a una reducida selección de sus ensayos, novelas, obras de teatro y principalmente artículos escritos para la Encyclopédie.
Biografía
Denis Diderot fue el segundo hijo del jansenista maestro cuchillero (maître coutelier) Didier Diderot (14 de septiembre 1685-3 de junio 1759) y su esposa Angélica Vigneron (12 de octubre de 1677-1 de octubre de 1748), hija de un curtidor, tanneur. Creció como el hijo mayor de la familia, puesto que su primer hermano falleció al día siguiente de su nacimiento, el 5 de octubre de 1712. Denis tuvo cinco hermanos menores y entre ellos cabe destacar a Didier-Pierre (21 de marzo de 1722-17 de noviembre de 1787), canónigo de Langres (chanoine écrivain de Langres) con quien mantuvo siempre una relación muy conflictiva,2 y a su hermana Denise (27 de enero de 1715-26 de marzo de 1797), a quien él llamaba Sœurette y con quien mantuvo una estrecha relación durante toda la vida. Otra de sus hermanas, Angélique Diderot, (3 de abril 1720-1749) se unió a la orden de las Ursulinas.3
Denis Diderot comenzó su educación en el colegio jesuita de Langres, y se convirtió en profesor a los 19 años en el año 1732.
Didier Diderot, padre de Denis Diderot. Pintura de un artista desconocido. Musée d’art et d’histoire de Langres.
n.° 9 de la place Chambeau o n.° 9 de la place dans le centre ville de Langres en el lado derecho en el fondo, la residencia de la familia de Diderot.
Se trasladó más tarde a París y estudió leyes en la Sorbonne, en contra de la opinión de su padre, quien quería que su hijo ingresara en el clero. De igual modo, a los 21 años (en 1734) Denis Diderot comentó a su padre que deseaba ser escritor, pero su idea también fue rechazada.
Sin embargo, a mediados de la década de 1740, ya publicaba artículos en distintas revistas y se desenvolvía como traductor independiente en París. En diciembre de 1742 realizó un viaje a Langres con el objetivo de obtener el consentimiento de su padre para casarse con Anne-Antoinette Champion, una costurera de ropa blanca. La autorización era necesaria en esa época, puesto que la mayoría de edad para estos efectos estaba fijada en los 30 años. Mas nuevamente tuvo que enfrentarse al desacuerdo impulsivo de su padre, quien se opuso debido a la clase social a la cual pertenecía la mujer, considerando este enlace inapropiado: Champion tenía poca educación y carecía de dote. Para evitar el matrimonio, su padre acabó enclaustrando a Denis en un monasterio cerca de Troyes, desde donde huyó al año siguiente para casarse con Anne-Antoinette. Sin embargo, a la postre esta unión no fue feliz y Diderot tuvo diversas amantes. En particular, existe amplia documentación epistolar de su relación amorosa con Sophie Volland, que mantuvo por muchos años.4
Denis Diderot y Anne-Antoinette Champion tuvieron una hija, Angelique Diderot (quien luego adoptó el apellido Vandeul), siempre muy querida por el escritor. Cuando falleció la hermana monja de Diderot, la opinión de éste sobre la religión se vio afectada.
Reconocido por sus obras, fue escogido miembro de la Academia Francesa. No se enriqueció con sus libros, prueba de ello es que tuvo que vender su biblioteca para poder ofrecer una dote a su hija Angelique. Fue Catalina II de Rusia, una activa escritora de cartas a Madame Geoffrin, quien mandó comprar la biblioteca cuando conoció las estrecheces económicas de Diderot gracias a que tenían un amigo en común: Grimm.
En el invierno de 1773, con 60 años, Diderot fue invitado a la corte de San Petersburgo. Allí pasó varios meses como consejero de la zarina, y se han contado anécdotas, nunca contrastadas, sobre sus posibles relaciones.
El viaje de Diderot de París a San Petersburgo en 1773.
Pero sí quedan en cambio las Cartas a Sophie_Volland, escritas a su gran amiga a lo largo de muchos años: ese es el testimonio de un gran feminista, defensor de la abolición de la esclavitud y creador de las mayores paradojas de la literatura europea. Eso sí, solo queda una tercera parte de las misivas redactadas y faltan las primeras que escribió.5
Diderot murió en París (Francia), ya que se encontraba deteriorada su salud, el 31 de julio de 1784, a los 70 años de edad.
Obra
En 1746, publica sus Pensamientos filosóficos, en los que proclama su deísmo naturalista, esta obra fue prohibida por el Parlamento de París. Ese mismo año entró en contacto con el editor Le Breton, quien le encargó la dirección, compartida con D’Alembert, de la Enciclopedia. Durante más de veinte años, Diderot dedicó sus energías a hacer realidad la que fue, sin duda, la obra más emblemática de la Ilustración, a la cual contribuyó con la redacción de más de mil artículos y, sobre todo, con sus esfuerzos por superar las múltiples dificultades con que tropezó el proyecto.
En 1749, la aparición de su Carta sobre los ciegos para uso de los que pueden ver le valió ser encarcelado durante un mes en Vincennes por «libertinaje intelectual», a causa del tono escéptico del texto y sus tesis agnósticas; en la cárcel recibió la visita de Rousseau, a quien conocía desde 1742 y que en 1758 acabó por distanciarse de él.
En 1750 apareció el prospecto divulgador destinado a captar suscriptores para la Enciclopedia, redactado por Diderot; pero en enero de 1752 el Consejo Real prohibió que continuara la publicación de la obra, cuando ya habían aparecido los dos primeros volúmenes, aunque la intercesión de Madame de Pompadour facilitó la revocación tácita del decreto.
En 1759, el Parlamento de París, sumándose a la condena de la Santa Sede, ordenó una nueva suspensión; D’Alembert, intimidado, abandonó la empresa, pero el apoyo de Malesherbes permitió que la impresión prosiguiera oficiosamente. En 1764, Diderot comprobó que el editor censuraba sus escritos; tras conseguir que los diez últimos volúmenes de la Enciclopedia se publicaran en 1765, abandonó las responsabilidades de la edición e inició un período de intensa producción literaria, que había dado ya frutos notables durante sus años de dedicación al proyecto enciclopédico.
Escritos
Los primeros trabajos de Diderot incluyen la traducción de la Historia de Grecia de Stanyan (1743). Junto con dos amigos, François-Vincent Toussaint y Marc-Antoine Eidous, tradujo el Diccionario médico de Robert James (1746-1748), y sobre la misma época publicó una libre interpretación de Inquiry Concerning Virtue and Merit de Shaftesbury (1745).
En 1746 escribió su primera obra original: Pensamientos filosóficos (Pensées philosophiques), en donde presenta cierto pensamiento deísta, y presentó un pequeño ensayo sobre la suficiencia de la religión natural.
En 1747 escribió Promenade du sceptique, que plantea tres vías posibles en la actuación humana, y donde critica las extravagancias del catolicismo. Su Carta sobre los ciegos (Lettre sur les aveugles), de 1749, le presentó ya como un original pensador. El inmediato objeto de esa prosa fue el de mostrar la dependencia de las ideas del hombre respecto a sus cinco sentidos.
Otras de sus narraciones fue La Religiosa (La Religieuse), en donde critica la vida en los conventos, a través del relato de una monja que ingresa forzada por la familia. Planteada como hecho real, es una novela pujante, cuyo eco polémico duró hasta el siglo XX, cuando fue magníficamente llevada al cine por Jacques Rivette, y prohibida en Francia. Hoy, es un clásico.
En Jacques el fatalista (Jacques le fataliste), de 1796, analiza la psicología del libre albedrío, con un diálogo abierto entre Jacques y su amo.
Con El hijo natural (Le fils naturel), da una bella pieza teatral, donde se manifiestan tranquilamente los sentimientos. Su La paradoja del comediante (Le paradoxe du comedien), establecida en 1830 con una copia de Petrogrado, es una de sus piezas más polémicas y ricas especulativamente: trata de la ficción y la realidad, a través del mundo del teatro y su vuelta a plantear paradojas, que tienen peso en su estética.6
Finalmente, El sobrino de Rameau (Le neveu de Rameau), que fue traducida por Goethe, es un raro diálogo con un personaje real de la época, que le sirve para criticar la sociedad y mostrar las complejidades de la mente, algo que fue destacado por Hegel.
Además, publicó varias críticas de arte en sus Essais sur la peinture, alabadas por Goethe, y en Salones, un diario en donde publicaba sus críticas de las exposiciones artísticas. Sus importantes críticas de arte aparecieron en Salons y siguen siendo una referencia sobre la estética del siglo XVIII.
Tardíamente, fue comentando extensamente la Histoire philosophique et politique des deux Indes, de Raynal (empezada 1781), donde hacía una alegato contra el colonialismo y señalaba la importancia de las civilizaciones no europeas para la cultura europea; hoy se lee a Raynal con los comentarios de Diderot, un tercio del libro, que el primero adjuntó en sucesivas ediciones.7
Enciclopedia
El editor francés André Le Breton, librero de éxito y especialista en la traducción de obras inglesas, obtiene en 1745 una licencia para efectuar una traducción al francés de la enciclopedia de Ephraim Chambers, Cyclopædia: or, An Universal Dictionary of Arts and Sciences. Le Breton elige en principio para dirigir el proyecto a John Mills, un inglés residente en Francia, y al abate Jean-Paul de Gua de Malves, pero por diferentes razones abandonaron el proyecto. En 1747 Le Breton le encarga el trabajo a Diderot y Jean Le Rond d'Alembert. Sin embargo, Diderot lo convence para ampliar la perspectiva y en lugar de traducir el texto original, realizar una obra nueva,con lo que se da inicio a la monumental elaboración editorial de la Encyclopédie.
Los editores debieron reunir un capital mucho mayor que el inicialmente planificado para el proyecto y un vasto equipo de autores, que entre 1751 y 1772 se fue completando con participaciones de escritores como Voltaire, Montesquieu, Jean-Jacques Rousseau y Adam Smith, así como decenas de sabios en los distintos campos, que hicieron una especial 'manufactura' de conocimientos. Diderot escribió más de cinco mil entradas de la enciclopedia en áreas tales como economía, artes mecánicas, filosofía, política y religión entre otras. Por ejemplo, Diderot es el autor de la entrada sobre "enciclopedia" en el tomo 5. Esta es la definición de Diderot:
ENCICLOPEDIA, (Filosof.) [Filosofía] Diderot (tomo 5, página 635)
En estos veinte años se produjeron muchos desaires en contra de la obra, ya que hubo deserciones de amigos que ayudaban a Diderot, polémicas entre las clases aristocráticas, así como persecución y rechazo por parte de la Iglesia, que produjo censura y desavenencias entre Diderot y D’Alembert. Además, en 1759, el Consejo del rey suprimió los diez primeros volúmenes, pero Diderot siguió elaborando la enciclopedia en secreto, y la concluyó al fin en los setenta.
La obra consta de 17 volúmenes de artículos más otros 11 de planchas; suma unas 18 000 páginas de texto. Comprende 44 632 artículos principales (aunque en conjunto hay 76 242 partes identificadas).9
Jacques el fatalista
Artículo principal: Jacques el fatalista
Terminó de escribir Jacques el fatalista en 1773; sin embargo, esta obra no se publicaría hasta 1796, habiendo muerto ya Diderot. Está considerada una de las novelas más importantes de la literatura francesa del siglo XVIII. Es un anticipo de un tipo de novela moderna, donde se produce una ruptura con el género novelesco que se había seguido hasta ese momento. Daba mayor protagonismo al determinista criado Jacques que al amo pasivo y letárgico a pesar de su creencia en el libre albedrío. Diderot, en tono irónico, no pasa por alto la hipocresía y la corrupción de las clases privilegidas, incluida la eclesiástica.
Es una de sus obras capitales, una novela de las más sorprendentes de la historia del género; está llena de digresiones y anécdotas, en un relato que tiene que ver con la picaresca o el Quijote, así como con las dos novelas de Laurence Sterne, Tristram Shandy y Viaje sentimental, en las que injerta su escrito, que gira en torno al destino, al principio y al final del texto, dice Jean Starobinski.10 Es una novela muy entretenida a la vez que ambigua, pues es absolutamente moderna para Raymond Trousson: es «una obra experimental sobre los límites y las posibilidades de lo novelesco».11
Filosofía
Sus primeras obras filosóficas traslucen un pensamiento crítico, escéptico, sensista, radicalmente empirista y deísta. Adopta el materialismo como sistema, por la simple razón de que es el que está más de acuerdo con los resultados de las ciencias, junto con un monismo al estilo de Spinoza, según el que toda la materia del universo, orgánica y no orgánica, posee sensibilidad, y el alma o conciencia no es más que materia organizada; y evoluciona hacia el ateísmo. Niega todo sentido a la libertad humana y ensalza el poder de los instintos para salvaguardar las libertades del individuo en la comunidad.
A finales de 1753 habían aparecido sus Pensamientos sobre la interpretación de la naturaleza, donde proclamaba la superioridad de la filosofía experimental sobre el racionalismo cartesiano. Lo más notable de su producción lo integraron obras que permanecieron inéditas hasta después de su muerte, aunque fueron conocidas por sus amigos. Entre ellas destacan, sobre todo, dos novelas filosóficas: La religiosa y Jacques el fatalista, así como el magistral diálogo El sobrino de Rameau, traducido al alemán por Goethe en 1805.
Ecos
Diderot, desconocido como autor individual entre sus contemporáneos, polémico con Rousseau y D'Alembert, ciudadano al margen de las convenciones sociales y muerto en 1784, era poco recordado en la Revolución Francesa. Tuvo que esperar hasta Goethe, Hegel (quien le utilizó en la Fenomenología del espíritu) y los románticos para su difusión en el extranjero.
Desde la conclusión del s. XIX y a lo largo de la centuria siguiente, sobre todo, prosigue su actualización. Es más, a mediados del siglo XX, el romanista Herbert Dieckmann encontró además un conjunto muy amplio de manuscritos originales de Diderot —los llamados Fondos Vandeul (Fonds Vandeul)—, por lo que aumentó hondamente el interés por Diderot. El resultado de su indagación lo resumió en 1951 con su Inventaire.
Grandes figuras de la crítica han escrito desde entonces sobre este enciclopedista, y le han acreditado ya como figura capital del siglo XVIII europeo, tal como es hoy considerado. Así sucede con Franco Venturi, Herbert Dieckmann, Arthur M. Wilson, Jacques Proust, Yvon Belaval, Yves Benot, o con Jean Starobinski, que dio al fin en 2012 su esperado libro sobre el autor, y que resume décadas de dedicación a esa figura: Diderot, un diable de ramage.
La gran biografía del pensador y escritor fue concluida por el estadounidense Arthur M. Wilson, Diderot, en 1972, que sigue siendo una obra clásica por su amplitud de miras y su exactitud. Una nueva biografía extensa ha aparecido en 2013: Diderot, le combattant de la liberté, de Gerhardt Stenger.12
Existe una revista, creada de finales del siglo XX y dedicada a su obra, Recherches sur Diderot et sur l'Enciclopédie, que está editada en París; se suma a los ya clásicos Diderot Studies, y sigue en activo publicada por la Société Diderot.
El subtítulo de una monografía colectiva de 2013 es «Diderot, un joven de 300 años»,13con motivo del tricentenario de su nacimiento.
Denis Diderot, el ateo que acabó con las verdades inmutables
Una nueva biografía sobre el pensador francés rescata la obra de un prolífico escritror impío, subversivo y revolucionario cuyo talento no se circunscribre sólo a la edición de la 'Enciclopedia'
ALAMY / NICK SNG
Cuando los revolucionarios parisinos tomaron la Bastilla en 1789, sentenciando definitivamente un ancien régime que se había asentado sobre el absolutismo de la monarquía católica, pocos reivindicaron la figura del philosophe que había colocado los cimientos intelectuales de la modernidad. Puede resultar paradójico que la Revolución Francesa le diera la espalda al impulsor del proyecto editorial más ambicioso de la Historia, la Encyclopédie, gracias a la cual se cuestionaron muchas de las verdades aceptadas como eternas e inmutables durante siglos.
Nada hay, sin embargo, de extraño. Para entonces, Diderot llevaba ya cinco años muerto, pero los líderes revolucionarios, explica Andrew S. Curran en Diderot y el arte de pensar libremente (Ariel), se dieron cuenta de que "no había mejor modo de sentenciar el movimiento que dejarlo contaminarse por el ateísmo que Diderot representaba. Hacerlo implicaba privar a la ciudadanía francesa no sólo de un Dios, sino de la consoladora perspectiva de una vida en el otro mundo".
Impío para Luis XV e impío para Robespierre. Porque si algo hay de esencial en su obra es la corrosiva forma en la que atacó los dogmas cristianos, pese a haber sido educado en el seno de la Iglesia. Antes que cualquier otra cosa, y fue muchas, Diderot fue un convencido ateo, lo que le llevó a discrepar con los otros dos grandes nombres de la Ilustración francesa, Voltaire, con el que mantuvo una intensa correspondencia, pero al que sólo vio una vez al final de su vida, y Rousseau, uno de sus más tempranos amigos desde que llegó a París para estudiar Teología, pero con el que acabó rompiendo públicamente hasta el insulto definiéndolo como un "monstruo".
Sabemos poco de sus primeros años de vida, explica en conversación con este periódico el profesor de la esta- dounidense Universidad Wesleyana. Pero sí que "la intención de Diderot cuando llegó a París a la temprana edad de 14 años (1728) no era la de entrar en conflicto con la Iglesia francesa". No hay que olvidar, sigue Curran, "que era el primogénito de un fabricante de cuchillos de la pequeña y muy religiosa ciudad de Langres y que toda su familia era bastante devota. La idea era presumiblemente que, después de unos años, fuese ordenado y llevase una vida dignamente remunerada y prestigiosa como eclesiástico, bien como sacerdote local o incluso como doctor en Teología en la Sorbona". Pero no sólo no cumplió el deseo de sus padres (tampoco lo hizo cuando se casó sin su consentimiento con una lavandera), sino que muy pronto empezó a ser conocido como escritor subversivo e incluso pornógrafo (en La joyas indiscretas aparecían vaginas parlantes que cuentan sus aventuras a un sultán africano), a pesar de que sus textos se publicaban de forma anónima.
A los 33 años, tras dar a la imprenta una obra de la que aparecieron hasta seis ediciones en poco tiempo, Pensamientos filosóficos, tenía ya un expediente policial propio en el que se le calificaba de "libertino", "blasfemo" y "hombre peligroso que habla con desprecio de los misterios de nuestra religión". Tres meses en una hedionda, húmeda y fría celda de la cárcel de Vincennes bastaron para frenar en seco la carrera literaria de un Diderot que se dedicó desde entonces, aparentemente en exclusividad, a sacar adelante los 17 tomos de la Enciclopedia. Una tarea que siempre consideró la más ingrata de su vida, en la que perdió a varios de sus amigos, en especial a Rousseau y a D'Alembert, que abandonó en 1758 el proyecto que habían iniciado juntos, y en la que tuvo que vivir bajo la amenaza de volver a ser detenido y soportando duros enfrentamientos con el Rey y las autoridades religiosas, con los jesuitas (que pretendían quedarse con el proyecto) y hasta con el impresor, Le Breton, que para sortear los problemas con la censura de una obra que había sido secuestrada varias veces y había perdido ya, en 1765, el privilegio de publicación, decidió amputar decenas de artículos de los últimos 10 volúmenes, provocando una encendida cólera en Diderot: "¡Así que este es el resultado de 25 años de duro trabajo, esfuerzos agotadores, peligros y mortificaciones de todo tipo! ¡Un incompetente, un ostrogodo, lo destruye todo en un instante!".
A pesar de su insatisfacción, la Enciclopedia, explica Curran, es el "logro supremo de la Ilustración" e hizo avanzar las ideas "de un modo que nadie, ni Voltaire, y menos aún Rousseau, había logrado hasta entonces (...) Bajo su dirección, el conocimiento se había transformado en una forma de combate político". La Revolución, cuyo estallido bélico no llegaría hasta 1789, había comenzado en realidad unos años antes, en 1751, cuando apareció el primer tomo de la Encyclopédie.
Desde 1772, cuando pone fin a su trabajo en la obra, un Diderot ya con casi 60 años, se dedica a recuperar los textos que había ido escribiendo y guardando, por prudencia, en un cajón, retomando de nuevo el pulso de su escritura.
Para Curran esta es "la segunda e inequívocamente más importante etapa de su carrera, la que llevó a cabo trabajando en la sombra". Se descubre entonces como un moderno crítico de arte en los salones del Louvre que inspiró a "Stendhal, Balzac o Baudelaire"; como un pensador político antiabsolutista y liberal, que realiza informes para Catalina la Grande, a la que visita en San Petersburgo en 1774, convirtiéndose con el tiempo, afirma Curran, "en el escritor favorito de Marx"; como anticolonialista anónimo, participando en la Histoire des deux Indes, del abate Raynal, un exitoso estudio crítico sobre la colonización europea; como un dramaturgo de éxito cuyas piezas burguesas llenaban los teatros de toda Francia. En fin, como un novelista brillante en La religiosa o Jacques el fatalista, y un pensador epicúreo y estoico en su Ensayo sobre la vida de Séneca o en los diálogos filosóficos El sueño de D'Alembert y El sobrino de Rameau, considerada su obra maestra.
Su escritura es una apuesta por la felicidad a toda costa. "Sólo hay una virtud, la justicia; sólo un deber, ser feliz; y un corolario, no exagerar la importancia de la propia vida ni temer a la muerte", dejó escrito los últimos años de su vida. Lector de Lucrecio y de Spinoza, sus textos son de un profundo materialismo y de un ateísmo tan radical que le llevó a anticipar en su popular poema Les éleuthéromanes: «Y con las tripas del último sacerdote estrangularemos al último rey».
Bibliografía
Referencias
Tésis Doctorales
¡Viaje por la dimensión Biótica,Vivencial, Conciencial y Existencial del Hombre,
hacia la comprensión del Mundo, la Vida y Nosotros mismos.!
abramoscomillas@yahoo.es - polifemo@abramoscomillas.org
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Denis
Diderot
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BIOGRAFÍAS
Denis
Diderot
Denis Diderot /dəni didʁo/ (Langres, 5 de octubre de 1713-París, 31 de julio de 1784) fue una figura decisiva de la Ilustración como escritor, filósofo y enciclopedista francés.
Reconocido por su empuje intelectual y su erudición, por su espíritu crítico así como su excepcional genio, marcó hitos en la historia de cada uno de los campos en los que participó: sentó las bases del drama burgués en teatro, revolucionó la novela con Jacques le fataliste o La religiosa y el diálogo con La paradoja del comediante, y, por otra parte, creó la crítica a través de sus salones. En conjunto con Jean-Baptiste le Rond d’Alembert alentó, supervisó la redacción, editó y compiló una de las obras culturales más importantes de la centuria: la Encyclopédie ou Dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métiers, obra magna compuesta por 72 000 artículos, de los cuales unos 6000 fueron aportados por el propio Diderot.
En filosofía, su obra solo en apariencia sería lateral, pues fue citado muy a menudo por Ernst Cassirer en un texto clave, La filosofía de la Ilustración, por su innovación en muchos campos; así sucede en la nueva ciencia de la vida que él presagia desde la mitad de su existencia. De hecho anuncia en su Pensées sur l'interprétation de la nature (1753), libro que se abre con esta ironía:
En el centro del pensamiento de Diderot estaba el conflicto —y esto puede ser válido también para otros pensadores del siglo XVIII— entre la razón y la sensibilidad: sens et sensibilité. Para Diderot, la razón se caracterizaba por la búsqueda de conocimientos con fundamento científico y por la verificabilidad de los hechos observados empíricamente, pero sin quedarse estancados en la evaluación meramente cuantitativa de la realidad a través de enunciados matemáticos. Entre los años 1754 y 1765 desarrolló su «teoría de la sensibilidad universal» (sensibilité universelle).
Para Denis Diderot, las ciencias naturales no se distinguirían por buscar un porqué, sino por encontrar soluciones a través de responder al cómo.
En el transcurso de su vida como intelectual, Diderot se dedicó a los más distintos ámbitos de la ciencia; sus intereses abarcaron áreas de la química, de la física, de las matemáticas, así como también, y sobre todo, de la historia natural, la anatomía y la medicina. Por todo ello, Diderot formó parte del espíritu intelectual del siglo XVIII, manteniéndose al tanto y participando activamente de las principales discusiones y formación de teorías en su época.
En cuanto a su posición filosófica, mantuvo una postura materialista no dogmática, actitud especialmente evidente en sus obras posteriores. Aunque Denis Diderot no era un filósofo dedicado a los problemas teóricos fundamentales1 ni a las reflexiones analíticas sistematizadoras, se le cuenta, sin embargo, entre los autores filosóficos más polifacéticos e innovadores del siglo XVIII.
Debido a sus ideas y publicaciones ilustradas frente al ideario colectivo del Antiguo Régimen, Denis Diderot y sus compañeros de ruta se vieron con frecuencia expuestos a una actitud represiva de parte del poder público. Su experiencia a raíz de su detención en 1749 le llevó a estar vigilante frente a nuevas represiones por parte de las diversas agencias de la censura, aunque algunas personas pertenecientes a los círculos influyentes y dominantes, como p. ej. Mme de Pompadour, la querida de Luis XV, así como también algunos ministros, pero ante todo el jefe de la censura, Censure royale Guillaume-Chrétien de Lamoignon de Malesherbes, clandestinamente le apoyaban a él y a los enciclopedistas.
Por lo anterior, los círculos interesados de su época, que le conocieron exclusivamente por sus publicaciones, solo tuvieron acceso a una reducida selección de sus ensayos, novelas, obras de teatro y principalmente artículos escritos para la Encyclopédie.
Biografía
Denis Diderot fue el segundo hijo del jansenista maestro cuchillero (maître coutelier) Didier Diderot (14 de septiembre 1685-3 de junio 1759) y su esposa Angélica Vigneron (12 de octubre de 1677-1 de octubre de 1748), hija de un curtidor, tanneur. Creció como el hijo mayor de la familia, puesto que su primer hermano falleció al día siguiente de su nacimiento, el 5 de octubre de 1712. Denis tuvo cinco hermanos menores y entre ellos cabe destacar a Didier-Pierre (21 de marzo de 1722-17 de noviembre de 1787), canónigo de Langres (chanoine écrivain de Langres) con quien mantuvo siempre una relación muy conflictiva,2 y a su hermana Denise (27 de enero de 1715-26 de marzo de 1797), a quien él llamaba Sœurette y con quien mantuvo una estrecha relación durante toda la vida. Otra de sus hermanas, Angélique Diderot, (3 de abril 1720-1749) se unió a la orden de las Ursulinas.3
Denis Diderot comenzó su educación en el colegio jesuita de Langres, y se convirtió en profesor a los 19 años en el año 1732.
Didier Diderot, padre de Denis Diderot. Pintura de un artista desconocido. Musée d’art et d’histoire de Langres.
n.° 9 de la place Chambeau o n.° 9 de la place dans le centre ville de Langres en el lado derecho en el fondo, la residencia de la familia de Diderot.
Se trasladó más tarde a París y estudió leyes en la Sorbonne, en contra de la opinión de su padre, quien quería que su hijo ingresara en el clero. De igual modo, a los 21 años (en 1734) Denis Diderot comentó a su padre que deseaba ser escritor, pero su idea también fue rechazada.
Sin embargo, a mediados de la década de 1740, ya publicaba artículos en distintas revistas y se desenvolvía como traductor independiente en París. En diciembre de 1742 realizó un viaje a Langres con el objetivo de obtener el consentimiento de su padre para casarse con Anne-Antoinette Champion, una costurera de ropa blanca. La autorización era necesaria en esa época, puesto que la mayoría de edad para estos efectos estaba fijada en los 30 años. Mas nuevamente tuvo que enfrentarse al desacuerdo impulsivo de su padre, quien se opuso debido a la clase social a la cual pertenecía la mujer, considerando este enlace inapropiado: Champion tenía poca educación y carecía de dote. Para evitar el matrimonio, su padre acabó enclaustrando a Denis en un monasterio cerca de Troyes, desde donde huyó al año siguiente para casarse con Anne-Antoinette. Sin embargo, a la postre esta unión no fue feliz y Diderot tuvo diversas amantes. En particular, existe amplia documentación epistolar de su relación amorosa con Sophie Volland, que mantuvo por muchos años.4
Denis Diderot y Anne-Antoinette Champion tuvieron una hija, Angelique Diderot (quien luego adoptó el apellido Vandeul), siempre muy querida por el escritor. Cuando falleció la hermana monja de Diderot, la opinión de éste sobre la religión se vio afectada.
Reconocido por sus obras, fue escogido miembro de la Academia Francesa. No se enriqueció con sus libros, prueba de ello es que tuvo que vender su biblioteca para poder ofrecer una dote a su hija Angelique. Fue Catalina II de Rusia, una activa escritora de cartas a Madame Geoffrin, quien mandó comprar la biblioteca cuando conoció las estrecheces económicas de Diderot gracias a que tenían un amigo en común: Grimm.
En el invierno de 1773, con 60 años, Diderot fue invitado a la corte de San Petersburgo. Allí pasó varios meses como consejero de la zarina, y se han contado anécdotas, nunca contrastadas, sobre sus posibles relaciones.
El viaje de Diderot de París a San Petersburgo en 1773.
Pero sí quedan en cambio las Cartas a Sophie_Volland, escritas a su gran amiga a lo largo de muchos años: ese es el testimonio de un gran feminista, defensor de la abolición de la esclavitud y creador de las mayores paradojas de la literatura europea. Eso sí, solo queda una tercera parte de las misivas redactadas y faltan las primeras que escribió.5
Diderot murió en París (Francia), ya que se encontraba deteriorada su salud, el 31 de julio de 1784, a los 70 años de edad.
Obra
En 1746, publica sus Pensamientos filosóficos, en los que proclama su deísmo naturalista, esta obra fue prohibida por el Parlamento de París. Ese mismo año entró en contacto con el editor Le Breton, quien le encargó la dirección, compartida con D’Alembert, de la Enciclopedia. Durante más de veinte años, Diderot dedicó sus energías a hacer realidad la que fue, sin duda, la obra más emblemática de la Ilustración, a la cual contribuyó con la redacción de más de mil artículos y, sobre todo, con sus esfuerzos por superar las múltiples dificultades con que tropezó el proyecto.
En 1749, la aparición de su Carta sobre los ciegos para uso de los que pueden ver le valió ser encarcelado durante un mes en Vincennes por «libertinaje intelectual», a causa del tono escéptico del texto y sus tesis agnósticas; en la cárcel recibió la visita de Rousseau, a quien conocía desde 1742 y que en 1758 acabó por distanciarse de él.
En 1750 apareció el prospecto divulgador destinado a captar suscriptores para la Enciclopedia, redactado por Diderot; pero en enero de 1752 el Consejo Real prohibió que continuara la publicación de la obra, cuando ya habían aparecido los dos primeros volúmenes, aunque la intercesión de Madame de Pompadour facilitó la revocación tácita del decreto.
En 1759, el Parlamento de París, sumándose a la condena de la Santa Sede, ordenó una nueva suspensión; D’Alembert, intimidado, abandonó la empresa, pero el apoyo de Malesherbes permitió que la impresión prosiguiera oficiosamente. En 1764, Diderot comprobó que el editor censuraba sus escritos; tras conseguir que los diez últimos volúmenes de la Enciclopedia se publicaran en 1765, abandonó las responsabilidades de la edición e inició un período de intensa producción literaria, que había dado ya frutos notables durante sus años de dedicación al proyecto enciclopédico.
Escritos
Los primeros trabajos de Diderot incluyen la traducción de la Historia de Grecia de Stanyan (1743). Junto con dos amigos, François-Vincent Toussaint y Marc-Antoine Eidous, tradujo el Diccionario médico de Robert James (1746-1748), y sobre la misma época publicó una libre interpretación de Inquiry Concerning Virtue and Merit de Shaftesbury (1745).
En 1746 escribió su primera obra original: Pensamientos filosóficos (Pensées philosophiques), en donde presenta cierto pensamiento deísta, y presentó un pequeño ensayo sobre la suficiencia de la religión natural.
En 1747 escribió Promenade du sceptique, que plantea tres vías posibles en la actuación humana, y donde critica las extravagancias del catolicismo. Su Carta sobre los ciegos (Lettre sur les aveugles), de 1749, le presentó ya como un original pensador. El inmediato objeto de esa prosa fue el de mostrar la dependencia de las ideas del hombre respecto a sus cinco sentidos.
Otras de sus narraciones fue La Religiosa (La Religieuse), en donde critica la vida en los conventos, a través del relato de una monja que ingresa forzada por la familia. Planteada como hecho real, es una novela pujante, cuyo eco polémico duró hasta el siglo XX, cuando fue magníficamente llevada al cine por Jacques Rivette, y prohibida en Francia. Hoy, es un clásico.
En Jacques el fatalista (Jacques le fataliste), de 1796, analiza la psicología del libre albedrío, con un diálogo abierto entre Jacques y su amo.
Con El hijo natural (Le fils naturel), da una bella pieza teatral, donde se manifiestan tranquilamente los sentimientos. Su La paradoja del comediante (Le paradoxe du comedien), establecida en 1830 con una copia de Petrogrado, es una de sus piezas más polémicas y ricas especulativamente: trata de la ficción y la realidad, a través del mundo del teatro y su vuelta a plantear paradojas, que tienen peso en su estética.6
Finalmente, El sobrino de Rameau (Le neveu de Rameau), que fue traducida por Goethe, es un raro diálogo con un personaje real de la época, que le sirve para criticar la sociedad y mostrar las complejidades de la mente, algo que fue destacado por Hegel.
Además, publicó varias críticas de arte en sus Essais sur la peinture, alabadas por Goethe, y en Salones, un diario en donde publicaba sus críticas de las exposiciones artísticas. Sus importantes críticas de arte aparecieron en Salons y siguen siendo una referencia sobre la estética del siglo XVIII.
Tardíamente, fue comentando extensamente la Histoire philosophique et politique des deux Indes, de Raynal (empezada 1781), donde hacía una alegato contra el colonialismo y señalaba la importancia de las civilizaciones no europeas para la cultura europea; hoy se lee a Raynal con los comentarios de Diderot, un tercio del libro, que el primero adjuntó en sucesivas ediciones.7
Enciclopedia
El editor francés André Le Breton, librero de éxito y especialista en la traducción de obras inglesas, obtiene en 1745 una licencia para efectuar una traducción al francés de la enciclopedia de Ephraim Chambers, Cyclopædia: or, An Universal Dictionary of Arts and Sciences. Le Breton elige en principio para dirigir el proyecto a John Mills, un inglés residente en Francia, y al abate Jean-Paul de Gua de Malves, pero por diferentes razones abandonaron el proyecto. En 1747 Le Breton le encarga el trabajo a Diderot y Jean Le Rond d'Alembert. Sin embargo, Diderot lo convence para ampliar la perspectiva y en lugar de traducir el texto original, realizar una obra nueva,con lo que se da inicio a la monumental elaboración editorial de la Encyclopédie.
Los editores debieron reunir un capital mucho mayor que el inicialmente planificado para el proyecto y un vasto equipo de autores, que entre 1751 y 1772 se fue completando con participaciones de escritores como Voltaire, Montesquieu, Jean-Jacques Rousseau y Adam Smith, así como decenas de sabios en los distintos campos, que hicieron una especial 'manufactura' de conocimientos. Diderot escribió más de cinco mil entradas de la enciclopedia en áreas tales como economía, artes mecánicas, filosofía, política y religión entre otras. Por ejemplo, Diderot es el autor de la entrada sobre "enciclopedia" en el tomo 5. Esta es la definición de Diderot:
ENCICLOPEDIA, (Filosof.) [Filosofía] Diderot (tomo 5, página 635)
En estos veinte años se produjeron muchos desaires en contra de la obra, ya que hubo deserciones de amigos que ayudaban a Diderot, polémicas entre las clases aristocráticas, así como persecución y rechazo por parte de la Iglesia, que produjo censura y desavenencias entre Diderot y D’Alembert. Además, en 1759, el Consejo del rey suprimió los diez primeros volúmenes, pero Diderot siguió elaborando la enciclopedia en secreto, y la concluyó al fin en los setenta.
La obra consta de 17 volúmenes de artículos más otros 11 de planchas; suma unas 18 000 páginas de texto. Comprende 44 632 artículos principales (aunque en conjunto hay 76 242 partes identificadas).9
Jacques el fatalista
Artículo principal: Jacques el fatalista
Terminó de escribir Jacques el fatalista en 1773; sin embargo, esta obra no se publicaría hasta 1796, habiendo muerto ya Diderot. Está considerada una de las novelas más importantes de la literatura francesa del siglo XVIII. Es un anticipo de un tipo de novela moderna, donde se produce una ruptura con el género novelesco que se había seguido hasta ese momento. Daba mayor protagonismo al determinista criado Jacques que al amo pasivo y letárgico a pesar de su creencia en el libre albedrío. Diderot, en tono irónico, no pasa por alto la hipocresía y la corrupción de las clases privilegidas, incluida la eclesiástica.
Es una de sus obras capitales, una novela de las más sorprendentes de la historia del género; está llena de digresiones y anécdotas, en un relato que tiene que ver con la picaresca o el Quijote, así como con las dos novelas de Laurence Sterne, Tristram Shandy y Viaje sentimental, en las que injerta su escrito, que gira en torno al destino, al principio y al final del texto, dice Jean Starobinski.10 Es una novela muy entretenida a la vez que ambigua, pues es absolutamente moderna para Raymond Trousson: es «una obra experimental sobre los límites y las posibilidades de lo novelesco».11
Filosofía
Sus primeras obras filosóficas traslucen un pensamiento crítico, escéptico, sensista, radicalmente empirista y deísta. Adopta el materialismo como sistema, por la simple razón de que es el que está más de acuerdo con los resultados de las ciencias, junto con un monismo al estilo de Spinoza, según el que toda la materia del universo, orgánica y no orgánica, posee sensibilidad, y el alma o conciencia no es más que materia organizada; y evoluciona hacia el ateísmo. Niega todo sentido a la libertad humana y ensalza el poder de los instintos para salvaguardar las libertades del individuo en la comunidad.
A finales de 1753 habían aparecido sus Pensamientos sobre la interpretación de la naturaleza, donde proclamaba la superioridad de la filosofía experimental sobre el racionalismo cartesiano. Lo más notable de su producción lo integraron obras que permanecieron inéditas hasta después de su muerte, aunque fueron conocidas por sus amigos. Entre ellas destacan, sobre todo, dos novelas filosóficas: La religiosa y Jacques el fatalista, así como el magistral diálogo El sobrino de Rameau, traducido al alemán por Goethe en 1805.
Ecos
Diderot, desconocido como autor individual entre sus contemporáneos, polémico con Rousseau y D'Alembert, ciudadano al margen de las convenciones sociales y muerto en 1784, era poco recordado en la Revolución Francesa. Tuvo que esperar hasta Goethe, Hegel (quien le utilizó en la Fenomenología del espíritu) y los románticos para su difusión en el extranjero.
Desde la conclusión del s. XIX y a lo largo de la centuria siguiente, sobre todo, prosigue su actualización. Es más, a mediados del siglo XX, el romanista Herbert Dieckmann encontró además un conjunto muy amplio de manuscritos originales de Diderot —los llamados Fondos Vandeul (Fonds Vandeul)—, por lo que aumentó hondamente el interés por Diderot. El resultado de su indagación lo resumió en 1951 con su Inventaire.
Grandes figuras de la crítica han escrito desde entonces sobre este enciclopedista, y le han acreditado ya como figura capital del siglo XVIII europeo, tal como es hoy considerado. Así sucede con Franco Venturi, Herbert Dieckmann, Arthur M. Wilson, Jacques Proust, Yvon Belaval, Yves Benot, o con Jean Starobinski, que dio al fin en 2012 su esperado libro sobre el autor, y que resume décadas de dedicación a esa figura: Diderot, un diable de ramage.
La gran biografía del pensador y escritor fue concluida por el estadounidense Arthur M. Wilson, Diderot, en 1972, que sigue siendo una obra clásica por su amplitud de miras y su exactitud. Una nueva biografía extensa ha aparecido en 2013: Diderot, le combattant de la liberté, de Gerhardt Stenger.12
Existe una revista, creada de finales del siglo XX y dedicada a su obra, Recherches sur Diderot et sur l'Enciclopédie, que está editada en París; se suma a los ya clásicos Diderot Studies, y sigue en activo publicada por la Société Diderot.
El subtítulo de una monografía colectiva de 2013 es «Diderot, un joven de 300 años»,13con motivo del tricentenario de su nacimiento.
Denis Diderot, el ateo que acabó con las verdades inmutables
Una nueva biografía sobre el pensador francés rescata la obra de un prolífico escritror impío, subversivo y revolucionario cuyo talento no se circunscribre sólo a la edición de la 'Enciclopedia'
ALAMY / NICK SNG
Cuando los revolucionarios parisinos tomaron la Bastilla en 1789, sentenciando definitivamente un ancien régime que se había asentado sobre el absolutismo de la monarquía católica, pocos reivindicaron la figura del philosophe que había colocado los cimientos intelectuales de la modernidad. Puede resultar paradójico que la Revolución Francesa le diera la espalda al impulsor del proyecto editorial más ambicioso de la Historia, la Encyclopédie, gracias a la cual se cuestionaron muchas de las verdades aceptadas como eternas e inmutables durante siglos.
Nada hay, sin embargo, de extraño. Para entonces, Diderot llevaba ya cinco años muerto, pero los líderes revolucionarios, explica Andrew S. Curran en Diderot y el arte de pensar libremente (Ariel), se dieron cuenta de que "no había mejor modo de sentenciar el movimiento que dejarlo contaminarse por el ateísmo que Diderot representaba. Hacerlo implicaba privar a la ciudadanía francesa no sólo de un Dios, sino de la consoladora perspectiva de una vida en el otro mundo".
Impío para Luis XV e impío para Robespierre. Porque si algo hay de esencial en su obra es la corrosiva forma en la que atacó los dogmas cristianos, pese a haber sido educado en el seno de la Iglesia. Antes que cualquier otra cosa, y fue muchas, Diderot fue un convencido ateo, lo que le llevó a discrepar con los otros dos grandes nombres de la Ilustración francesa, Voltaire, con el que mantuvo una intensa correspondencia, pero al que sólo vio una vez al final de su vida, y Rousseau, uno de sus más tempranos amigos desde que llegó a París para estudiar Teología, pero con el que acabó rompiendo públicamente hasta el insulto definiéndolo como un "monstruo".
Sabemos poco de sus primeros años de vida, explica en conversación con este periódico el profesor de la esta- dounidense Universidad Wesleyana. Pero sí que "la intención de Diderot cuando llegó a París a la temprana edad de 14 años (1728) no era la de entrar en conflicto con la Iglesia francesa". No hay que olvidar, sigue Curran, "que era el primogénito de un fabricante de cuchillos de la pequeña y muy religiosa ciudad de Langres y que toda su familia era bastante devota. La idea era presumiblemente que, después de unos años, fuese ordenado y llevase una vida dignamente remunerada y prestigiosa como eclesiástico, bien como sacerdote local o incluso como doctor en Teología en la Sorbona". Pero no sólo no cumplió el deseo de sus padres (tampoco lo hizo cuando se casó sin su consentimiento con una lavandera), sino que muy pronto empezó a ser conocido como escritor subversivo e incluso pornógrafo (en La joyas indiscretas aparecían vaginas parlantes que cuentan sus aventuras a un sultán africano), a pesar de que sus textos se publicaban de forma anónima.
A los 33 años, tras dar a la imprenta una obra de la que aparecieron hasta seis ediciones en poco tiempo, Pensamientos filosóficos, tenía ya un expediente policial propio en el que se le calificaba de "libertino", "blasfemo" y "hombre peligroso que habla con desprecio de los misterios de nuestra religión". Tres meses en una hedionda, húmeda y fría celda de la cárcel de Vincennes bastaron para frenar en seco la carrera literaria de un Diderot que se dedicó desde entonces, aparentemente en exclusividad, a sacar adelante los 17 tomos de la Enciclopedia. Una tarea que siempre consideró la más ingrata de su vida, en la que perdió a varios de sus amigos, en especial a Rousseau y a D'Alembert, que abandonó en 1758 el proyecto que habían iniciado juntos, y en la que tuvo que vivir bajo la amenaza de volver a ser detenido y soportando duros enfrentamientos con el Rey y las autoridades religiosas, con los jesuitas (que pretendían quedarse con el proyecto) y hasta con el impresor, Le Breton, que para sortear los problemas con la censura de una obra que había sido secuestrada varias veces y había perdido ya, en 1765, el privilegio de publicación, decidió amputar decenas de artículos de los últimos 10 volúmenes, provocando una encendida cólera en Diderot: "¡Así que este es el resultado de 25 años de duro trabajo, esfuerzos agotadores, peligros y mortificaciones de todo tipo! ¡Un incompetente, un ostrogodo, lo destruye todo en un instante!".
A pesar de su insatisfacción, la Enciclopedia, explica Curran, es el "logro supremo de la Ilustración" e hizo avanzar las ideas "de un modo que nadie, ni Voltaire, y menos aún Rousseau, había logrado hasta entonces (...) Bajo su dirección, el conocimiento se había transformado en una forma de combate político". La Revolución, cuyo estallido bélico no llegaría hasta 1789, había comenzado en realidad unos años antes, en 1751, cuando apareció el primer tomo de la Encyclopédie.
Desde 1772, cuando pone fin a su trabajo en la obra, un Diderot ya con casi 60 años, se dedica a recuperar los textos que había ido escribiendo y guardando, por prudencia, en un cajón, retomando de nuevo el pulso de su escritura.
Para Curran esta es "la segunda e inequívocamente más importante etapa de su carrera, la que llevó a cabo trabajando en la sombra". Se descubre entonces como un moderno crítico de arte en los salones del Louvre que inspiró a "Stendhal, Balzac o Baudelaire"; como un pensador político antiabsolutista y liberal, que realiza informes para Catalina la Grande, a la que visita en San Petersburgo en 1774, convirtiéndose con el tiempo, afirma Curran, "en el escritor favorito de Marx"; como anticolonialista anónimo, participando en la Histoire des deux Indes, del abate Raynal, un exitoso estudio crítico sobre la colonización europea; como un dramaturgo de éxito cuyas piezas burguesas llenaban los teatros de toda Francia. En fin, como un novelista brillante en La religiosa o Jacques el fatalista, y un pensador epicúreo y estoico en su Ensayo sobre la vida de Séneca o en los diálogos filosóficos El sueño de D'Alembert y El sobrino de Rameau, considerada su obra maestra.
Su escritura es una apuesta por la felicidad a toda costa. "Sólo hay una virtud, la justicia; sólo un deber, ser feliz; y un corolario, no exagerar la importancia de la propia vida ni temer a la muerte", dejó escrito los últimos años de su vida. Lector de Lucrecio y de Spinoza, sus textos son de un profundo materialismo y de un ateísmo tan radical que le llevó a anticipar en su popular poema Les éleuthéromanes: «Y con las tripas del último sacerdote estrangularemos al último rey».
Bibliografía
Referencias
Tésis Doctorales
¡Viaje por la dimensión Biótica,Vivencial, Conciencial y Existencial
del Hombre, hacia la comprensión del Mundo, la Vida y Nosotros mismos.!
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